La tecnología de almacenamiento eléctrico es clave para el desarrollo de los coches eléctricos y las energías renovables. Uno de los mayores problemas que impiden su desarrollo es el elevado coste de las baterías. En el caso de los coches eléctricos por que se trata de su componentes principal, del cual depende directamente la autonomía y buena parte del precio (al tratarse del componente más caro). En el caso de las renovables, las baterías son necesarias para amortiguar los picos de generación, ya que no siempre disponemos y Sol y viento y no siempre en la misma medida.
En los últimos años las baterías están evolucionando poco a poco a nivel técnico, pero según los últimos estudios lo está haciendo más rápido a nivel económico. Así al menos se desprende de la evolución que el kWh está marcando en los últimos años. Según los expertos, la bajada está siendo espectacular, y cada vez más rápida.
La clave es una mejora en las químicas de las propias baterías, pero también la economía de escala que se está logrando, a lo que se suman aspectos como una mayor competencia entre desarrolladores. Algo que hace que los fabricantes luchen con mejores precios para mantener o incrementar su cuota de mercado.
Una competencia que no ha hecho más que comenzar su andadura, y entre la que destaca la reciente entrada en acción de la Gigafábrica de baterías de Tesla. Un factor que supondrá un importante cambio para todo el sector. Una instalación que en 2018 sacará de su línea de montaje unos 35 GWh en 2018.
Los coches eléctricos están siendo sin duda el catalizador que baja los precios de esta tecnología. Desde 2010, el año de arranque de la primera generación de coches eléctricos de la era moderna, hasta 2016, la bajada de precio ha sido constante. Todos los años se ha producido un descenso en el coste del kWh. Pero entre 2014 y 2015, el recorte de costes ha sido muy importante, con un descenso del 35%.
Un paso que se debería mejorarse en el periodo 2017-2018, donde la producción tenderá a incrementare de forma notable gracias en gran parte a la llegada de nuevos modelos para el público general. Propuestas como el nuevo Renault ZOE, el Tesla Model 3, el Chevrolet Bolt y su versión europea, el Opel Ampera-e, a los que esperamos se sumen otros como la actualización del LEAF.
Aspectos que impulsarán las ventas, y con ellas la economía de escala, la competencia, y que deberían dejar un precio del kWh en unas cifras de entre 150 y 175 dólares para 2018. EL punto de inflexión para esta tecnología está previsto cuando se alcancen los 100 dólares el kWh.
Vía | FCE
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