Para transformar la educación, no basta señalar lo que no funciona ni lo que hay que dejar de hacer. Se necesita proponer ideas y aportar soluciones. Sospechosamente, se ha impuesto la tesis de que necesitamos más vocaciones científicas y tecnológicas, asistimos al reinado del STEM. Yo opino distinto. Cuanto más sepas de números, más riesgos tienes de ser automatizado porque todo lo que sea matemáticamente posible, será real. Mientras que cuanto más sepas de relaciones (contigo mismo, con colegas de equipo, con clientes, con proveedores, con vecinos…) menos riesgos corres y más auspicioso será tu futuro.
El objetivo de la educación consiste en ayudarte a comprender un mundo en el que tendrás que moverte con agilidad. Y claro, el mundo no cabe en un aula. Tienes que experimentarlo. Si el genio de la lámpara me otorgase tres deseos para mejorar la educación, mi respuesta sería que, al finalizar su etapa educativa, todos los jóvenes dominen tres ámbitos:
1. Conocerse a sí mismos
2. Relacionarse con otros
3. Ser expertos en aprendizaje