La tecnología educativa, también conocida como EdTech, ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, transformando la forma en que se enseña y se aprende. Estas empresas se dedican a desarrollar y aplicar soluciones tecnológicas en el ámbito educativo, con el objetivo de mejorar la calidad de la educación y hacerla más accesible para todos. A través del uso de herramientas digitales y plataformas en línea, la EdTech ha logrado reducir la brecha educativa y brindar oportunidades de aprendizaje a personas desfavorecidas.

La Taxonomía de Bloom establece una serie de objetivos de aprendizaje jerarquizados de menor a mayor complejidad cognitiva. ¿La finalidad? Facilitar el diseño de los ejercicios y actividades adecuados para cada etapa, además de garantizar un aprendizaje que perdure toda la vida. Aunque desde su creación en 1956 ha pasado por diferentes revisiones para adaptarse a las necesidades educativas (y digitales) de cada época, la irrupción de la IA y de herramientas como ChatGPT o Gemini plantea nuevas posibilidades a los docentes para aplicar este recurso. Explicamos a continuación seis ejemplos de cómo el uso de la inteligencia artificial puede ayudar tanto a evaluar como a crear experiencias educativas que permitan lograr las habilidades de aprendizaje definidas en los diferentes niveles de la Taxonomía de Bloom.